Con esta actividad tuvimos la oportunidad de practicar un deporte con el que no estábamos muy familiarizados, el golf, y la experiencia fue inolvidable. Es un deporte que, a diferencia de otros, desarrolla la mente y el cuerpo al mismo tiempo ya que, aunque pueda parecer muy estático, para aprender a jugar los niños han de desarrollar fuerza, estabilidad, flexibilidad y coordinación con el fin de golpear la bola adecuadamente. El ambiente en un campo de golf invita siempre a la concentración y la relajación, es de los deportes más estratégicos que hay y también uno de los más socializadores ya que todos los participantes avanzan juntos. Entre tiro y tiro hay tiempo para comentar las jugadas.
De la misma forma, en el golf se incentiva el afán de superación ya que los niños disfrutan más a medida que van mejorando, batiendo sus propios récords y tratando, efectuar cada vez el menor número de golpes posibles. De esta forma se potencia la competencia positiva. ¡Esperamos repetir el curso que viene!